El premio Nobel de Economía criticó a los mercados y advirtió que la crisis económica no se solucionará "hasta que no se resuelva la desigualdad"

El premio Nobel (2001) explicó cómo, durante los últimos 25 años, desde las universidades y desde el ágora política se ha repetido que los mercados no fallan pero que, más que nunca, esta crisis puso de manifiesto justo lo contrario: que los mercados no son eficientes.
La gravedad radica en que existe una "inercia" a nivel mundial que se refleja en que se siguen aplicando teorías arcaicas.
"Los modelos que se utilizaban para hablar del riesgo de la diversificación antes de la crisis son incompatibles con los modelos que se utilizan para responder a esa crisis", apuntó Stiglitz, quien insistió en que, a pesar de que se sabía que los mercados a menudo fallaban, "las políticas macroeconómicas seguían ignorándolo".
Para este profesor y economista estadounidense, conocido por su visión crítica del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, uno de los problemas de raíz de esta crisis actual es la ausencia de una "regulación global", problema que él quiere trasladar de forma urgente al debate.
Así, durante una conferencia impartida en los Cursos de la Universidad Complutense en El Escorial, Stiglitz defendió que hasta 2007 se habían sucedido 30 años sin crisis económicas de gravedad porque existía una mayor regulación de la economía, y que fue precisamente la actuación al margen de las normas lo que desencadenó el estallido de la crisis actual, según informó El Mundo de España.
Él mismo defendió durante años la conveniencia de establecer normas para controlar los flujos internacionales de capital pero entonces le acusaron de estar "vendiendo pócimas mágicas". En abril de este año, el FMI habló por primera vez de establecer mecanismos para controlar ese capital.
Stigliz afirmó que el FMI está profundamente equivocado porque no habla de la desigualdad entre ricos y pobres. Él sostuvo que "la desigualdad es el principal contribuyente a la crisis económica y además se ve incrementada por ésta".
El premio Nobel explicó lo que ha sucedido en Estados Unidos. Allí, cada vez más personas se han empobrecido, siete millones de familias han perdido sus casas y otros dos millones las perderán este año. Al mismo tiempo, los ricos han gastado una menor proporción de sus ingresos que los más pobres. "¿Cómo decidimos enfrentarnos a este problema en mi país?", se preguntó Stiglitz.
"Les dijimos a los pobres que siguieran gastando, como si sus ingresos siguieran aumentando", olvidando el "pequeño detalle" de que sus sueldos eran cada vez más bajos. Esto condujo al endeudamiento, cada vez mayor, cada vez más insostenible. "Ese problema no se resolverá hasta que no se resuelva la desigualdad", concluyó.
A pesar de que el panorama dibujado deja poco lugar a la esperanza, Joseph Stiglitz recordó que este es el momento de "plantear un profundo debate" sobre los modelos económicos y advirtió: "la batalla de las ideas continuará".
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